Primer premio del IV Concurso de Microrrelatos Círculo Cultural Bezmiliana

Empecé hace unos años a participar en concursos literarios, con, sinceramente, pocas esperanzas de ganar; era, más bien, una manera de entrenar mi imaginación, con la presión de cumplir con los plazos establecidos.

Una noche del pasado mes de septiembre, repasando la lista de concursos cuya fecha límite de admisión correspondía al día siguiente, me llamó la atención uno convocado en mi ciudad natal, Málaga. A pesar del escaso tiempo con el que contaba, decidí probar suerte.

Un domingo cualquiera, en el recorrido habitual por las redes sociales, vi un correo en la bandeja de entrada, relacionado con el citado concurso. Mi microrrelato había resultado ganador, ante mi sorpresa e incredulidad.

No sé si será el único premio que reciba, pero lo que sí se es que me ha dado el impulso que necesitaba para regar mi pasión por la escritura a diario.

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La prensa llegó al paseo tras el aviso de una bañista que observaba la escena desde su toalla. En la entrada del túnel que conecta con La Cala se reunían los últimos árboles de la Tierra que, entre sus mustias ramas, sostenían pancartas con fotos de tiempos mejores. —Venimos a despedirnos —dijo el más anciano. Estas palabras alimentaron el desasosiego de la multitud hasta tal punto que, con el alboroto, el árbol cayó al agua. Los pájaros apoyaron la decisión arrojando los frutos que quedaban. Todos cayeron vertiginosamente, excepto uno de ellos, una ciruela, que abrió un paracaídas para ralentizar la precipitación. El algarrobo en la mar miraba la ciruela paracaidista, que antes de tocar la superficie, se dirigió a la humanidad con voz firme: —Habéis acabado con el verde del planeta. Éste es el final del cuento; os toca a vosotros concluir la moraleja.

http://rinconcultural.org/circulocultural/features/69-evento-15