A Jara

Llegaste en silencio
y en silencio te has ido
dejando conmigo
un ruido tremendo.
Recuerdo que abrazaste
todo mi espacio
y yo te abracé
más fuerte que el tiempo.
El pasado es ahora
quien muerde los pies
y el futuro late
a un ritmo más lento.
Qué equivocados están
los que os abandonan
los que aprietan el gatillo
porque sois sólo perros.
No saben que la bondad
más profunda y sincera,
como un juramento,
te mira desde abajo
como se mira a los dioses.


Ahora miro hacia arriba
para verte
aunque no estés;
siempre serás.
Quizá con otro nombre,
otra historia,
otro ladrido.
Otra manera
de decir lo mismo.

Me esperas.
Te espero.
Volveremos
a vernos.
Te prometo en futuro.

No puedo conjugar
tu nombre en pasado
pues lo pasado se apaga
y tu brillo es eterno.



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